viernes, 30 de marzo de 2012

Reflexiones de una sombra

Me acuerdo que la conocí en 2do de primaria. Julieta. Mi mejor amiga en lo que duró la primaria y el secundario. Me acuerdo que cuando entró la llamaban bruja, todos la odiaban, y yo era la copada del curso, y no sé qué vi en ella pero no me gustaba que la bardearan, entonces la defendía. Pasó el tiempo, nos hicimos amigas, y de un segundo para el otro, fue como que cambiamos lugares. Ella empezó a ser la chica popular y yo.. Un monstruíto.
La cosa no solo iba por la cuestión de que ella tenía plata, y como que encajaba más en el Don Bosco, sino la manera en la que se manejaba. Siempre espontánea, con cortes de pelo que salían de la nada y que me hubiese encantado experimentar de chica (No me dejaban cortarme el pelo, y lo tenía hasta el culo y con un flequillo recto), la manera de vestirse, siempre tenía ropa nueva, siempre quería "imponer modas". Nunca me voy a olvidar cuando tuvo una obsesión con BOINAS, y se compró un montón, todas de 47 St. (Marca que detesto junto con las de su calaña), y creo que la "moda esa" le duró a todos, con toda la furia, una semana. Después de eso nunca más vi esas boinas (Y lo agradezco, eran horrendas y multicolores). Hacía viajes por todo el mundo y siempre tenía anécdotas para contar.
Sinceramente pareciera que estuviese describiendo a una pendeja adinerada y hueca y demás. Eso era la mejor parte de Julieta, que era todo lo contrario. Sumado a las cosas superficiales y banales que tenía, leía. Y leía más que yo. Y sabía de cultura y diversos temas para buenas charlas. Y era inteligente, MUY inteligente. Creo que es la única cosa que le envidié con ganas. Aunque también era de esas que si se sacaban un 8 hacían una escena impresionante. Ese era el gran defecto de ella, terca, malcriada y caprichosísima.
Me acuerdo que por eso, a pesar de que mis viejos la querían porque era buena piba, me ROGABAN no llevarla de vacaciones con nosotros porque, literalmente me decían, que no la iban a aguantar más de 2 días con su actitud.
La cosa es que yo seguía haciéndome amigos a pesar de haber bajado un poco mi "popularidad". AMIGOS, punto, nada más. En primero y segundo yo me había puesto de novia con Igna, que era como mi mejor amigo. Nunca nos dimos un beso, y creo que ni siquiera caminamos de la mano. Me acuerdo que me veía y se ponía rojo. Tomate le decían. Pobre, cómo lo gastaban y cada vez se ponía más rojo. Lo quiero mucho, es un excelente pibe.
Pero me voy por las ramas. La cosa es que yo siempre fui considerada un pibe más, y me encantaba la idea porque era la clase de relación que tenía con mis primos. Y yo adoraba estar con ellos. Entonces lo tomaba como algo natural.
Claro, es algo natural tener amiguitos varones y ninguna otra propuesta en 1ro, 2do, 3ro de primaria.
Hasta que llega 4to, 5to y nosotras empezamos a cambiar. Que nos cambia el cuerpo, que una se indispuso, que nos ponemos más lindas, que otra se indispuso, que compramos ropa más ajustada, que esa de allá se indispuso, que jugamos a la botellita, que a la tercera vez que te tocaba con el mismo pibe te lo tenías que tranzar con toda la baba inexperta del mundo que asquerosamente chorreaba, que el curso entero era un puterío que se comían todos entre sí, que la del otro banco se indispuso, que todos les tienen ganas a todos, y que se indispuso el curso entero.
Naturalmente, como es de esperarse, no fui parte de ninguna de esas cosas. Mi primer beso fue recién a los 13 años, imagínense. Odiaba jugar a la botellita, cuando todos se preparaban yo huía despavorida a hacer otra cosa. Siempre sola, obvio, era la única que no quería jugar. Un solo cumpleaños me acuerdo que Julieta me ROGÓ que jugara porque se sentía avergonzada de tener una amiga "cagona". Creo que por eso no me llevo bien con que me desafíen a hacer cosas, me saca un poco de quicio. Accedí, a pesar de que me sentía asquerosamente insultada, accedí. Estábamos en el campito, se ponían a jugar atrás del paredón de la cancha de 11 para que los padres no los vieran. Todos calladitos, para no llamar la atención de nadie. Eran como 15 en la rondita, girando la botella. Los demás miraban y esperaban su turno, porque si se sentaban los treinta y algo que éramos, nadie iba a entender nada. Me tocó tirar. Me quería ir a la mierda. Giré la botella, y lo señaló a él. Lucas. En ese momento, uno de mis mejores amigos. Todos entraron como a aplaudir, algunos a gastarlo, él puso cara de "Y bueno..". No sé qué me puso peor. El hecho de estar haciendo algo que no quería, escuchar alguna que otra cargada, tener que darle un beso a un pibe con el cual tenía una linda amistad, o su cara de "La puta madre, me quiero pegar un tiro porque sos vos y no Julieta". Me levanté, dije que no quería hacerlo, y me fui a sentarme en una hamaca lejos de ellos. Lejos de todos.
Y de repente se sentó a mi lado. Emiliano se llamaba. Lo había mirado alguna que otra vez, pero nunca hablamos. Se me puso a hablar, a calmarme, que estaba bien lo que hacía, que no tenía por qué apurar nada. No se por qué no se me cruzó por la cabeza "¿Y este qué mierda me viene a querer chamuyar con esto si él también juega?". Bleh, caí.
Me entró a gustar, pero me conformaba con ser la amiga. Hasta que un día vino a casa con otro chico a hacer un trabajo práctico, y mientras esperábamos que lo viniesen a buscar, no me acuerdo cómo salió la charla, o si se lo dije yo o me lo dijo él, pero terminamos como novios. Lo que sí me acuerdo es que me quise animar a darle un beso y me lo rechazó. Nunca tuve idea de por qué. Nos pusimos a salir un Jueves. El Viernes nos mandábamos cartitas y él me había hecho una manualidad pedorrísima con un TE QUIERO. Después del colegio se quedaban todos en el campito (Mis viejos no me dejaban), me fui a casa. Pasó el finde, y el Lunes, cartita. ¡ZAS! Te dejo por Sofía. Sofía era la "otra" mejor amiga de Julieta, que me tenía bronca porque ella me tenía preferencia. ¿Por Sofía? ¡Tenemos el mismo cuerpo! Y no me sentía Marilyn Monroe, pero la puta madre, de cara era más linda que Sofía. Le contesté pidiéndole que me explicara, y el papelito nunca volvió. Le devolví la manualidad pedorra. A los pocos días me enteré que el Viernes mismo se habían dado un pico, mientras jugaban a la botellita. Porque ella sí jugaba. También me enteré que le dio la manualidad a ella. Eso me hizo reír mucho.
Juego de mierda, pendejos hormonales. "No sirvo para ser nena" pensaba.
Después de eso empezó mi etapa crítica de pibe. Pantalones anchos, buzos enormes, pelo recogido y metido en una gorrita. Me acuerdo que hasta vestida así fui a apurar a un pibe que le rompía las bolas a una amiga. Ni se dio cuenta que era mujer. Bah, mujer. Una nena. Una nena algo idiota. Me agarraba a las trompadas, jugaba fútbol, me sentaba en el fondo del curso, pero siempre con Julieta. Entonces NADIE sabía quién era. Yo era la amiga de Julieta. La sombra de Julieta. Punto.
A partir de 6to., todo fue en picada. Volví de las vacaciones, ya me había hecho señorita, y tenía grandes expectativas. Cuando vuelvo de UN VERANO, la encuentro a mi mejor amiga todavía MÁS mujer que la última vez que la vi. Y yo igual. Autoestima, por el piso. Si antes era la sombra, ahora decí gracias si me registran de alguna manera.
Para colmo, todos habían dejado de jugar a la botellita, y directamente se encaraban y se comían la boca de una. Tampoco me cabía, de todos modos no recibía invitación alguna, pero de recibirla la hubiese rechazado. Súmenle que a los pocos meses.. ¡PUM! Aparatos. ¡JA! Indeseada, con un cuerpo pobre, el pelo larguísimo y sin cambios de peinado desde la prehistoria, menos machona ya, pero encima ahora.. ¡BRAQUETS! Sencillamente creía que el universo estaba en mi contra.
Me acuerdo que Julieta vino a contarme que Emiliano estaba buscando comerse a su primera chica, porque dejó a Sofía que siempre le decía que no a tranzar. Le dije con cara de enojada que me seguía gustando, pero que no estaba interesada. Su respuesta fue: "Igual yo fui y le pregunté si quería con vos. Dijo que no porque le daban asco tus aparatos"
Sinceridad ante todo. Nada de censurar un poco. ¿No?.. A la semana se lo comió, yo le pregunté si le parecía lo que hizo: "Es que me dieron ganas"

Ok, necesito hacer un paréntesis para cualquier persona que esté leyendo esto y también para mi.. Sí, era chiquita, pero.. ¡IDIOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOTAAAAAAAAA!
Muchas gracias.

Me puse mal, se disculpó y me dijo que no iba a pasar más. Creo que a la hora se lo estaba comiendo. Todos se comían a Julieta. O Julieta se los comía a todos. Cuando ponían el más mínimo interés en tener algo con ella, salía corriendo. "No quiero compromisos". (Cómo odié lo que le hiciste a Noé, hija de puta. Es lo único en lo que te fallé, pero te lo merecías. Te quiero tanto Noé, sos una persona excepcional. Vos y Bobe. Los adoro sin importar la distancia).
Mis papás no me dejaban salir a bailar, no me dejaban ir a dormir a la casa de mis amigas a menos de que fuesen Albana o Julieta, no me dejaban quedarme a la tarde en el campito, no me dejaban IR A UN CYBER. Todo eso me alejaba todavía más de mis compañeros. Nadie me conocía, aunque sencillamente, a nadie le importaba.
Y pasó. Falleció mi abuela. Y es un tema en el que no voy a extenderme mucho en esta entrada porque si AHORA esto es largo, el explicar todo lo que fue mi abuela para mí y todo lo que representó su muerte, esto se iría literalmente al carajo. Digamos simplemente que se derrumbó el pilar que mantenía la poca estabilidad mental que tenía en ésos días.
Ese verano le dije por primera vez a Julieta, por teléfono y en año nuevo, que no quería ser más su amiga. Y le expliqué con lujo de detalle todas las razones. Me odió. Era, de todas sus amistades, la única que le era honesta con todo. Y sé que lo apreciaba, porque me ponderaba por sobre todas las demás que lo único que hacían era chuparle el culo o tenerle ganas.
Creo que nunca lo vi desde ese punto. Yo tuve buenas amistades, tanto con mujeres como con hombres. Ella tenía supuestas amigas que la envidiaban pero eran falsas y supuestos amigos que se quedaban embobados con sus tetas. Porque Julieta tenía tetas. Tetas y culo. Tetas, culo y era inteligente. Pero no era "flaquita", no era gorda tampoco. Era normal. Y me acuerdo que un día caminábamos para el colegio desde una pizzería que está cerca, con un amigo de ella, Maxi (Que le tenía ganas, por supuesto), y ella hablaba de que tenía que bajar de peso, pero que le daba miedo perder el culo en el proceso. Sus exactas palabras fueron: "Osea, yo quiero bajar de peso. Sé que estoy bien, pero me gustaría ser flaquita como vos Nah. El único problema es que no me gustaría perder el culo... Como vos Nah". Son esas frases que le quedan a uno, pero bueno..
En ese Verano "revelador" entré a dejar salir un poco de mi persona. Pasé de tener un pelo largo e interminable, a entrar a una peluquería, cortarlo por arriba del hombro y hacerme una mecha verde. Comprar ropa más ajustada pero Punk, atarme más a la música, definir mi estilo, mi cabeza, mis ideologías, conocer en profundidad y erróneamente encariñarme con el alcohol, bajar las notas y que mis profesores me cagaran a pedos porque sabían que era una chica inteligente y veían cómo me estaba consumiendo. Sumarle que mis viejos discutían feo, yo siempre en el medio, sumándole traumas personales. Me entré a cortar. Pero yo no me cortaba rozando la piel. No. Tenía la manía de "escarbar", de una vez abierta la piel seguirle dando. Por eso si alguien le presta atención a las marcas que tengo, son finas al principio y anchas en el centro. Era un asco. Brazo derecho, caderas y la planta de los pies.
(Voy a saltearme 7mo grado y algunos acontecimientos que pasaron en 8vo porque se sigue extendiendo esto)
La gente se empezó a dar cuenta recién en 8vo grado. Julieta se dio cuenta en 8vo grado. Y se encargó de que todos lo supiesen. Se armó un quilombo bárbaro, la bardeé de arriba a abajo, pasó un poco más ese año, y volvimos a ser amigas. No recuerdo cómo, ni por qué. No lo se sinceramente. Creo que la extrañaba, creo que era quizás un grito inconsciente de recuperar a la chica sana que alguna vez había sido. Pero era medio tarde, desde 7mo ya se había armado su grupo de mejores amigas. "Las chetas", "Las 5". Yo era la amiga de Julieta, no formaba parte de las 5. Pero ella me entró a ponderar de nuevo durante todo 8vo. Y las hizo poner a las otras 4 verdes de envidia. Se pelearon con ella y estuvimos juntas todo el resto del año. En el verano que no la vi, volvieron a ser amigas inseparables.
Y 9no. fue el fin. Sentía que la necesitaba tanto, estaba pasando por tantos cambios horribles en mi vida (Enamorarme de un idiota, noviazgos, rupturas, había dejado de cortarme, Mara, que es alguien al cual le tengo que dedicar una entrada como esta, alcohol, me iban a cambiar de colegio, estaba decidiendo el irme a vivir afuera, etc.) y ella nunca estaba ahí. Siempre eran las 5. Y yo no pensaba ni siquiera en querer ser parte de ellas. Hablamos en un 15 sobre que tristemente la amistad no daba para más, que ya no tenía sentido. Me acuerdo que vi que le dolió, pero puso su mejor cara de superación, dijo que le parecía lo mismo y se fue. No solo me acuerdo que le dolió, sino que sé que le dolió, sino no me hubiese bardeado el resto del tiempo junto con Mara. Dios, Mara..
Al poco tiempo de todo esto, ella se puso de novia con el que en ese entonces era mi mejor amigo, Ricardo, quien estaba enamorado de ella desde 7mo si no me equivoco y ella lo sabía, pero eran buenos amigos a pesar de eso. Una excelente persona en ese tiempo, y de la cual actualmente no pienso omitir una palabra porque no lo conozco y no quiero hablar por hablar. Tampoco voy a poner sobre todo lo que hablamos y lloramos en el viaje de Mendoza, cómo es que terminamos peleándonos, bah, él peleándose conmigo, ni sobre lo mucho que lloré cuando pasó, ni el día en el cual borré su número de mi celular y decidí callarme todo.
El último "contacto" que tuve con Julieta fue cuando estaba embarazada. Soñaba con ella, con que tenía que contárselo. Que lo tenía que saber por mí y por nadie más. La llamé a la casa, es impresionante como hoy en día todavía recuerdo los números de sus dos casas, y le dije que quería reunirme con ella para hablar un tema importante. Me acuerdo que se me puso a hacerme una escena de histeriqueos (Por el amor de dios, hacía 2 años que no teníamos noticias una de la otra, ¿y seguías así de resentida?), diciéndome que si le quería decir algo que lo hiciera por teléfono, que no se quería juntar, y blah, blah. Terminé accediendo, y se quedó helada. Me pidió perdón, me preguntó cómo estaba y me dijo de juntarnos al otro día en el McDonald’s. Le dije que me parecía bien así hablábamos tranquilas, y que por favor fuese sola, no quería verlo a Ricardo. Quería mantenerlo totalmente al margen de la situación. Al final de la llamada me dijo que le alegraba escucharme. "Te extrañaba". Sonreí y corté.
Idiota, idiota, idiota, idiota, idiota.
Nos juntamos, le conté cómo estaba, cómo fue todo. Le conté sobre el padre. Que yo estaba bien, que estaba decidida, que lo iba a tener, que estaba contenta con mi elección. Y ella estaba anonadada, pero luego se puso tranquila y empezamos a reír. Parecía que nada había cambiado, que quizás esos dos años separadas nos habían hecho bien y ambas habíamos madurado lo suficiente como para que quizás esa amistad se pudiese retomar y sacar cosas buenas. Siempre me caractericé por ilusionarme rápido y.. Al pedo.
Le llegó un mensaje al celular y sonrió, en ese instante supuse que era Ricardo. Disculpó la interrupción, y lo llamó: "¿Dónde estás? ¿En serio? ¡Yo estoy acá también! Sí, sí.. No sabés con quién estoy.." Le hago señas de que mejor me voy yendo, y me pide que me quede. Me quedo.
Idiota, idiota, idiota, idiota, idiota, idiota.
"Con Anahí. Dale. Dale, dale. Te amo." Yo estaba helada. "Está acá en el Auto Mac, dijo que venía un ratito, no te jode, ¿no?" Le dije que no tenía problema si él no tenía problema, pero que por favor no le dijera nada del embarazo estando yo. Que se lo dijera después, no tenía ganas de tener que mirarlo a los ojos cuando lo supiese porque sabía que me iba a mirar de esa manera..
Llegó y no lo podía reconocer. Ricardo, que mide como dos metros y algo, durante todo el tiempo que fue mi amigo, fue bastante gordo. Y ahora era la mitad que yo. Me dio hasta impresión. Me saludó, le dio un beso a ella, y se fue para la parte del café a pedirse un Frappé de Frutilla y Banana (Tengo una habilidad increíble para recordar detalles pelotudos, lo sé). Mientras él estaba pidiendo, Julieta lo mira y se muerde el labio. "Dios, cómo le doy". A lo cual me reí y quise preguntar si ya había pasado algo entre ellos. "No me gusta hablar al respecto". Sabía que eso era mentira, pero que me parecía bien ya que no hablábamos hace mucho, y me disculpé por la pregunta. Hubo un silencio hasta que dijo.. "Y bueno, alguna de las dos tenía que ganar". ¿Ganar? ¿Era una competencia para ella? ¿A ver a quién quería más él? ¿A caso pensaba que yo quería estar con Ricardo? Le dije que para mi nunca fue una competencia, que no entendía a qué se refería y que yo siempre lo vi a Ricardo como un amigo. No tuve una respuesta a eso, porque justo él se sentó en la mesa. A lo que Julieta me mira a los ojos, me sonríe, y abre la boca.
"¿Le decís vos o le digo yo?"
Pálida..
"¿Qué pasa?"
Más pálida..
"Anahí está embarazada"
Y ahí me miró de la manera que yo sabía que me iba a mirar. De la manera que tenía miedo de que me mirara. De la manera en que odié que me mirara. Me miró con el sentimiento más horrendo de este planeta, me miró con el sentimiento que más odio.
Me miró con lástima.
No preguntó mucho, y mentalmente bloqueé la charla que tuve con él, creo que estaba demasiado desquiciada imaginándome a mí ahorcando a Julieta. Ni siquiera me acuerdo cómo fue el camino hasta cerca de mi casa con ellos. Me acuerdo que le hice un comentario sobre que él iba a hacer el tío oscuro, era un chiste que teníamos antes entre los dos sobre cuando yo fuese a tener hijos. Se rio, y cuando me saludó me abrazó. Julieta hizo lo mismo, y me dijo que quería mantenerse en contacto, y que iba a pasar por mi casa a dejarme un libro de maternidad que a ella le gustaba. Me di media vuelta, me puse los auriculares, y fui caminando las 4 cuadras que quedaban hasta mi casa.
Llorando.
El libro nunca llegó, jamás hubo más llamadas, tanto de su parte como de la mía. Nunca más volví a hablar con ellos, ni siquiera en el último año de polimodal que terminé decidiendo volver al Don Bosco con TODO lo que trajo eso. Tanto bueno, como horrendo. Sé que siguen juntos, y desde mi más sincera persona, les deseo absolutamente lo mejor y que sean felices. Toda persona se lo merece. Sin importar lo que haya echo en un pasado.
Quizás esto resuma un poco o mucho de lo que soy, pero no es lo único que me formó.
Todavía hay mucho.
Y la caja se abre de vez en cuando..

Young and Stupid

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